Nuestra respuesta ha de ser clara y unívoca, honrar a los víctimas y no cesar en la persecución de los culpables y de quienes los amparen, alienten, financien, armen, cobijen, sin dobleces, con inteligencia, con eficacia, sin tremendismo, ni revanchismo, no es una lucha de igual a igual, no les demos ese protagonismo, no están a nuestra altura, aunque lo pretendan con las armas, con las bombas, son terroristas, son meros delincuentes por mucho que invoquen un protagonismo del que carecen.
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