Una Caja es como un Banco, pero si el Banco ha de untar a los políticos (financiándome espero al banco que yo quiero...), las Cajas los tienen en nómina, a ellos, a sus hijos, primos, y sobrinas, toda una red nepótico clientelar a chupar de lo público y con la desfachatez de vendernos una cuestionable obra social.
Obra Social (¿?), diríamos pompa social, a la vanidad propia, a la de cogérsela con papel de fumar, ésta de sedes mastodónticas de diseño, de exposiciones imposibles, vanagloria de vino español.
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