Uno está hecho a la cafetera de filtro, o a la deliciosa italiana, a tú te lo mueles y tú te lo haces, o en todo caso tú te lo pones ya molido.
Y en esto mi ángel de la guarda en Gran Canaria, con aquella pedazo cafetera alemana, que ella misma molía el café, sólo le faltaba cultivarlo, recolectarlo y tostarlo.
No, no somos sibaritas, pero tenemos esas cafeterías deliciosas, mmmm, rico exprés, de esas a las que eres capaz de hacer peregrinaje, ahora me llama la atención lo del pasado domingo, partido en la tele, cafeterías repletas, y también repletas, con chales, bufandas y gorros las terrazas de un gélido domingo de helada, eso se llama furor por fumar.
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