sábado, 22 de enero de 2011

La Bastilla Tunecina

El francés parece hecho para gritar libertad, en Túnez ha pasado y toca inquietud en Occidente, y es que este dictador socialista de esposa envuelta en oro, vació los bancos, es un ejemplo de estos incómodos aliados de una Europa que ve en ellos el mal menor, el molesto aliado que se posiciona como intercesor y freno frente al agitado temor islamista y aluvión de inmigración ilegal.
Curioso, pues son precisamente estas dictaduras los principales alicientes para el crecimiento del islamismo y de que sus poblaciones se lancen a la desesperada a la emigración.

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