domingo, 12 de diciembre de 2010

Represaliados de la Memoría

Y sigamos con la septicemia intestina que nos distraiga de solventar nuestros problemas diarios. Una derecha que es incapaz de condenar una dictadura no se merece gobernar una democracia, de igual forma que ese nacionalismo de boca pequeña frente al terrorismo, o de todo aquel que maldiga al ajeno sin condenar al propio.
Que si hubo desmanes en ambos bandos resulta innegable, pero unos, a diferencia de otros, tuvieron casi cuarenta años para reparar a los propios y seguir persiguiendo y represaliando, y a día de hoy, resulta inaceptable que siga habiendo plazas o calles dedicadas a perseguidores de las libertades, a verdugos de la democracia, y ajusticiados en cunetas y fosas comunes. La reconciliación nacional requiere todavía cerrar los últimas heridas, dando digna sepultura y reparación de la memoria a todos aquellos ajusticiados políticos de la Guerra Civil y dictadura.
Dicho lo anterior, en esta legislatura y media de Zapatero, este aspecto de la memoria se ha dejado con demasiados cabos sueltos, cabos a los que se han aferrado los de ansias revanchistas, realimentando el odio, quizás lo evidente la falta de comunicación, de transmitir un mensaje de afianzamiento de la reconciliación en la que todos se hacen partícipes, de mano tendida aún a los desmemoriados.

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