"El País Semanal"(nº 1750 11/04/2010) publica en su sección Correo la carta de Pilar Lasheras Asensio, de Alicante, título "La soledad de la vejez", la reproduzco: "Hace poco vi cómo una persona terminaba sus días en la cama de un hospital. Era una anciana magullada por el tiempo y por la ausencia; nadie fue un día a visitarla. Durante esas semanas que cuidaba yo a una enferma, observaba a aquella anciana que, entre dolor y dolor, dormitaba, y entonces yo pensaba sobre quién habría acariciado esas ajadas manos en el pasado, a quién besó ella, qué dulces primaveras vivió, en qué esplendorosos veranos amó y se dejó amar, en qué otoños se meció en el dulce balanceo de los recuerdos para llegar a la soledad y decrepitud del invierno de la piel y la mirada que yo, horrorizada, veía.
Confío en que aquella mujer en sus sueños desgranara un gran puñado de "momentos", como los de Maruja Torres en su artículo, y que al final de su vida todo explosionara como una cálidad flor roja en su mesilla.
Me han estremecido mucho los recuerdos de Maruja Torres."
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