Una cosa es la crisis real y otra la inventada.
La real es la que padecen las familias sin ingresos y desahuciadas por bancos y cajas de ahorro.
La inventada es el pretexto, la excusa perfecta para la imposición de un nuevo orden al dictado de aquellos que la han ingeniado, y un carro al que muchos se han subido y suben para hacer negocio. A mayor perspectiva de negocio mayor recrudecimiento de la crisis.
Viene de atrás, los gobiernos de izquierdas y sindicatos oficiales durmieron el sueño de Jacob ante las prebendas de los mercados, el socialismo yuppy de la beauty de esa España de la segunda mitad de los 80 que cambió el Seat del 1,2,3 por el escaparate final del Precio Justo, fue una buena avanzadilla. Tras la etapa Aznar, Zapatero fue heredero de esa forma de entender las relaciones con el mercado en un contexto de consagración del neoliberalismo sin fronteras ni freno. Ahora Rajoy se limita, como buen registrador, a inscribirla.
La real es la que padecen las familias sin ingresos y desahuciadas por bancos y cajas de ahorro.
La inventada es el pretexto, la excusa perfecta para la imposición de un nuevo orden al dictado de aquellos que la han ingeniado, y un carro al que muchos se han subido y suben para hacer negocio. A mayor perspectiva de negocio mayor recrudecimiento de la crisis.
Viene de atrás, los gobiernos de izquierdas y sindicatos oficiales durmieron el sueño de Jacob ante las prebendas de los mercados, el socialismo yuppy de la beauty de esa España de la segunda mitad de los 80 que cambió el Seat del 1,2,3 por el escaparate final del Precio Justo, fue una buena avanzadilla. Tras la etapa Aznar, Zapatero fue heredero de esa forma de entender las relaciones con el mercado en un contexto de consagración del neoliberalismo sin fronteras ni freno. Ahora Rajoy se limita, como buen registrador, a inscribirla.
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