Creíamos que no lo era, eso nos aliviaba, pero al final Japón resultó ser Haití, y esto nos desconcierta.
Los terribles efectos en la gran potencia tecnológica y cívica, en el país mejor preparado para ello con la población hecha a simulacros, a la responsabilidad, la planificación.
Ver a un hombre a punto de sucumbir al llanto en el interior de su vehículo mientras guarda cola para intentar conseguir algo de combustible.
Ese desabastecimiento de supermercado, de gasolinera, de consumo, estamos acostumbrados a conseguirlo todo, simplemente pagándolo con nuestro dinero, nuestra tarjeta, pero de repente esa inmediatez y seguridad del consumo se desvanece, y pasas hambre, y frío en la oscuridad.
Ese stop apocalíptico nos aterra, vieron The Road?
Y esa vulnerabilidad aumenta y se convierte en vértigo si nos preguntamos qué sería de nosotros entonces. Qué sería de nosotros ante algo similar.
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