Lo de Andalucía fue un respiro, en este reflujo de marea electoral, que creían marea viva. Si las elecciones del 25 de marzo hubiesen sido el 20 de noviembre el resultado hubiese sido diferente, pero las medidas, de nuevo aparentemente improvisadas, sin rumbo, y siempre con el mismo destinatario sufridor, ha hecho levantar el pie del acelerador a más de uno y con ello respiramos aliviados todos.
Un pleno azul se adivinaba peligroso. Andalucía supone un freno y una advertencia.
Ahora el PP con la bicéfala y ciclotímica Cospedal a la cabeza planea el asalto a TVE y sus informativos, ya nos les hace tanta gracia que sigan glosando tan metódicamente la crisis y sus consecuencias, porque esto de ponerle rostro a la crisis hacía bien cuando se trataba de ponerle argumentario para el desgaste del Zp, pero ahora con casi medio año de Rajoy en la Moncloa ya no le ven la gracia.
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