Siempre se ha dicho que el Rey era eso, campechano, pero lo de sus viajes privados, lo de sus cacerías, con lo que está cayendo, lo ponen entredicho. Ya en su momento, de igual forma que ahora con Urdangarín, se cuestionó su círculo de amistades y actividades privadas, pero en tiempo de las torres KIO todavía no existía twitter.
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