En esto de emplear sustancias como condimento en el sexo se pasa de la transgresión a la dependencia con facilidad. De esa exploración inicial en la liberación del deseo se llega a que las sustancias acaben siendo el único aliciente para el sexo y acaben siendo su sustitutivo, a modo de paja de rallas, pastillas, pinchazos, inhalaciones. Yo he decido apearme, no por consejo sino por vivencia y convicción. Aguantaré? Seguramente habrá tentativa de recaída, pero basta con echar la memoria a cuando para ponerse perro uno no necesitaba botiquín como pretexto. Prefiero el sexo como encuentro y no como alucinación.
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