En esto de las políticas de recortes, creo que es bueno poner un precio a todo, y con ello erradicar de una vez por todas la idea del "gratis" de lo público, que no es gratis, que es pagado o endeudado.
Pongamos un precio a la sanidad, a la educación, a los ayuntamientos, las cajas de ahorro, las diputaciones, los clubs de fúbol que no pagan sus impuestos, los gobiernos autonómicos, las administraciones paralelas, el personal contratado o aprobado que dibuja árbol genealógico entrecruzado, a la economía sumergida, a las dietas no fiscalizadas, a las contratas, a las ayudas a la banca, a las recalificaciones urbanísticas, y claro, al fraude fiscal...
Pongamos un precio a la sanidad, a la educación, a los ayuntamientos, las cajas de ahorro, las diputaciones, los clubs de fúbol que no pagan sus impuestos, los gobiernos autonómicos, las administraciones paralelas, el personal contratado o aprobado que dibuja árbol genealógico entrecruzado, a la economía sumergida, a las dietas no fiscalizadas, a las contratas, a las ayudas a la banca, a las recalificaciones urbanísticas, y claro, al fraude fiscal...
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