Ockham, su navaja, Iñaki y la cubertería francesa

Si Losantos está escorado, Iñaki se halla en los bajos del Prestige. Entrevista a un desencajado Rajoy para cuatro-cnn+-prisa-SER, aquello parace un salón de té postmoderno. Asistimos a un debate singular, con cuchillo y tenedor, el pastelito es Rajoy, el mismo que antes fuera anchoa para el oscuro Gallardón. De fondo le organizan un diaporama por el que van desfilando a modo de cornamenta las efigies de un Roucolie a lo Pinochet, al curtido de la esfinge Sra. Aguirre (mi Dulce Neus). Suenan los silencios de guantazo hostil. De la familia tradicional, cálido hogar, a la praxis de la praxis médica, y ahí se le saltan los puntos. Al discurso de Rajoy se le ven las frases hechas que no encajan. Iñaki, viendo las costuras, hinca el hierro de su lengua en los hilos. Ni los cueros de serpiente, a modo de zahones, salvan a Rajoy la entrepierna, pero aguanta con las fauces clavadas. Finalmente Rajoy se nos confiesa afrancesado en los hablares, ahí al menos aguantó embistes de un lanzadagas reclinado.