Esto del Islamismo se ha hecho aglutinante de la respuesta de los países no tanto contra el sistema de libertades occidentales, sino más bien contra este Occidente ocioso que mantiene sus privigelios no en base a una excelencia, mérito y capacidad, sino que a modo de niño pijo de papá de privilegios heredados y mantenidos a base del control militar y político de los recursos naturales. Menos mal que esto de la ociosidad es innato a la naturaleza humana, y ya veremos si aguantan el tirón los depredadores chinos cuando sus hijos se uniformen de marcas y vacaciones en la playa.
lunes, 9 de mayo de 2011
Ociosidad, Islamismo y marcas
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