domingo, 27 de septiembre de 2009
Nacional III
El desfile de efigies sudorosas, bigotes y bisoñés, eso sí, con camisas de marca y sastrería fina, nos da un retrato de este PP de cerco de esfínter y patita temblorosa, poco que ver con el de los pétreos del Gallardón o la Aguirre. Paellera gigante, este PP levantino y grimoso, hasta la en tiempos simpática Barberá, resulta bruta. Apuntados por la fiscalía, caminan con paso de entre marioneta y pajarito de culo estrecho. Mientras en Mallorca el honrado cabeza de familia y su purgante desfile chaperil, sin la hombría para cogerse los machos y encarar con dignidad, excusándose en la cocaína. Así no hay catarsis que valga. Y Rajoy con labio leporino.
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