A veces las relaciones de EEUU y Europa pueden resumirse en Annie Leibovitz compartiendo el té con la reina de Inglaterra. Camisas de cuadros y coronas, la franela y el armiño no casan, aunque una leika siempre pueda retratar el desaguisado. Ahora la foto se la llevan los Obama y todos contentos. Antes Bush en crucifixión invertida sumergida en baso de licor biblico y bendecido.
Zapatero lame el Despacho Oval y Nancy Pelosi dibuja esa mueca cordial en la Cámara de Representantes. El mundo parece hallar un nuevo equilibrio a pesar del festín de Moratinos con los derechos civiles en Cuba o Venezuela.
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