Zp me gusta, pero como embajador de la buena voluntad en las páginas del Hola.
Es tan fotogénico, queda tan bien en plano, es como un Kennedy siempre sonriente y en permanente misión de paz. Su cargo está en la Unicef y no en Moncloa, resulta imberbe para esta cuna de lobos que frecuenta las Cortes.
La política es mercado bursátil, y éste no ha salido de la cartilla de ahorros.
Tiene a la patrona sobrevolándole, con esos extraños trajes casi espaciales, futurista y tutankamónica. Fernández de la Vega tiene las agallas y el arrojo, sí me gusta, es una buena zorra, y en política o eres zorra o te comen.
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