Un principio reñido en política, al menos en el de la política de la imagen, es el de idoneidad basado en capacitación. Tres ejemplos: Rajoy, Bibiana Aído y Leire Pajín.
Rajoy está sobradamente capacitado para ser el candidato a la presidencia del gobierno y sería un excelente presidente, pero a todas luces no es el hombre idóneo. Echarle un vistazo es suficiente para comprobar su falta de soltura política, algo que se subraya cuando se saca la corbata y trata de ir de colega por dictado de asesores.
Por el contrario Bibiana Aído o Leire Pajín se caracterizan por una sobrada falta de capacitación por inmaturas para los cargos que ostentan no obstante resultan idóneas para los mismos.
Leire Pajín parece sacada de una concentración de estudiantes en la facultad y emplea un discurso de representantes de los alumnos en el consejo escolar, pero ahí está por el dedo del jefe y tolerada como cómodo comodín.
Bibiana sería una excelente concejala pero aún le quedarían unos cuantos años de tablas como para ser ministra, aunque sea un ministerio menor. Pero están ahí y ambas resultan efectivas.
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